Compararnos con los demás puede ser positivo en algunas ocasiones, como ver a nuestro compañero de oficina que tiene pasión por el trabajo y verle como un ejemplo a seguir. También ver como nuestros amigos se levantan cada mañana antes de la hora de ir a trabajar para ir al gimnasio. Compararnos con los demás puede ayudarnos a descubrir qué tipo de cambios deseamos incorporar a nuestro estilo de vida y descubrir que modificando nuestra actitud ante la vida y nuestros hábitos diarios podremos ser más felices.
Sin embargo, cuando nos comparamos con los demás solemos sentirnos peor, no mejor y vamos a descubrir porqué.
Al compararnos olvidamos que las vidas de los demás no son tan felices como creemos. Si entramos en Facebook, esa red social tan utilizada en todo el mundo para mostrar lo felices, sonrientes que somos, las millones de cosas que hacemos a lo largo del día o los fines de semana, los mejores restaurantes, los mejores viajes, las mejores casas y decoraciones,… vemos que todo mundo muestra una gran sonrisa y que es muy, muy feliz. La creencia que nos trasmiten es que sus vidas son muy bonitas, felices y fáciles. Pero lo que nadie cuenta en las redes sociales es el día duro de trabajo , un despido laboral, el estrés por la reforma de esa casa bonita, el esfuerzo que ha costado hacer ese viaje quedándose en casa muchos fines de semana para ahorrar,… En facebook la gente expone su felicidad porque es así como quieren que les vean los demás, las personas elegimos qué publicar.
Para solucionar este mal trago de las vidas felices de los demás, dedica el tiempo que pasas dentro de esa red social a ver en persona a tus amigos y conocidos para que te cuenten el proceso anterior a ese final feliz de Facebook.
Cuando nos comparamos, comparamos lo que nosotros hemos logrado con lo que han logrado los demás. Si pensamos en lo que han hecho lo demás frente a lo nuestro, por defecto pensamos que ellos son mejores siempre, por ello hay que centrarnos en nuestros logros y éxitos y lo que deseamos alcanzar en un corto plazo con nuestros esfuerzos. Si quieres ser una persona exitosa, intenta comparar lo que has logrado hasta ahora con lo que deseas lograr en un futuro cercano. Esta comparación será más útil para ti.
Es mejor convertirte en la persona que deseas ser sin tener que compararte con los demás. Tenemos que buscar qué quieres cambiar tú de ti mismo, no lo que te digan tus padres, amigos o pareja. Dedica un tiempo a buscar esas actividades que te hagan sentir mejor y deja de hacer lo que no te haga sentir feliz. Averigua cómo quieres vivir tu vida y qué cambios puedes hacer para ser más feliz. Cuando estos cambios te hagan ser feliz ya no habrá comparaciones porque ya te sentirás satisfecho contigo mismo.
Cuando comparamos, olvidamos que la competición no nos lleva a ninguna parte. Si siempre vas a competir con los demás, dedicando tu tiempo a ser mejor que ellos, ¿Cuándo vas a averiguar quién eres tu realmente? No necesitamos ser mejor que los demás hay que aceptar que competir no tiene sentido, solo necesitamos ser la persona que tú deseas ser.
DEJA ESAS COMPARACIONES DETRÁS DE TI Y DEDICA TU TIEMPO A PENSAR EN TI.
Sandra Santos
¡Comparaciones fuera!
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