En todas nuestras primeras sesiones, una de las preguntas que no falla al paciente es ¿Qué piensas qué es ir al psicólogo?
Nos gusta formular esa pregunta para ver qué opinión tiene la persona que tenemos delante y poder ajustar expectativas y romper algunos mitos y creencias erróneas.
Siempre rondan por ahí las ideas como: “la gente puede pensar que estoy loco”,” dónde está el diván”, “me estás analizando”. “no puedo solucionar mis problemas yo solo”, “tú no me vas ayudar”, “vas a ser mi amigo”, “es llegar y contar mis problemas a alguien”, “esto es algo largo y caro”, o “vas a solucionar mis problemas rápidamente”.
Empecemos…
La decisión de ir a terapia, lo primero que implica es un acto de valentía por parte de la persona puesto que, ha tomado la decisión de coger la responsabilidad de solucionar algo que le está haciendo daño.
Una vez aquí comienza la búsqueda de un terapeuta. A veces preguntamos a personas de nuestro entorno que sabemos que han acudido alguna vez o conocen a alguien para coger referencias, buscamos por internet o simplemente recordamos el cartel de un Psicólogo una vez que dimos una vuelta…Desde aquí, sino tenéis referencias os aconsejamos acudir al despacho o centro que más cerca esté de vuestra casa o trabajo para que luego no os supongo mucho jaleo acudir a las citas.
Llega esa primera sesión donde uno va sin saber lo que se va a encontrar y lleno de nervios. De saber si me va a gustar lo que me voy a encontrar. Y en esto último, tal vez lo más importante que tienes que tener en cuenta. Ver si estás a gusto y cómodo en el sitio y con la persona que tienes en frente. A veces no se encuentra a la primera pero otras si 😉 Pero nunca dejar de buscar tú comodidad.
Ya encontrado el terapeuta, este puede trabajar tras una corriente psicológica (cognitivo-conductual, psicoanálisis, gestalt, sistémica, etc) y en función de eso tendrá una forma de trabajar y “decorar” su despacho 😉 pero siempre pensando en el bienestar del paciente.
Iniciado el proceso terapéutico, ¿qué es lo que se va a encontrar el paciente?
En el terapeuta tendrá a una persona que le ACOMPAÑARÁ en este PROCESO, que primero le preguntará y escuchará (esto siempre) para ver qué circunstancias han hecho llegarle al momento presente. Que no le juzgará y mantendrá el secreto profesional. Juntos, psicólogo y paciente, irán modificando aquellas ideas, creencias, conductas, emociones, etc que están haciendo un flaco favor a la persona. En ese camino el protagonista, el paciente, adquiere herramientas para que el día de mañana sea su propio terapeuta y no necesite ayuda externa.
En todo momento respetará el ritmo del paciente y en cuanto vea que éste se desenvuelve le cederá todo el protagonismo.
EL PACIENTE. Tiene que tener muy claro una cosa, que ha iniciado un compromiso. Un COMPROMISO si pero, CONSIGO MISMO. Un camino que es cierto que, a veces no es muy rápido pero simplemente porque se están adquiriendo nuevos hábitos (nunca se trata de cambiar a la persona sino de que ésta adquiera nuevas estrategias) y, coger un nuevo hábito lleva su tiempo. Aprenderá a mirarse sin juzgarse, a conocerse y a entenderse sin miedo. Es su mejor herramienta y debe conocer todo lo que puede dar de sí y lo que no. Esto le aportará mucha tranquilidad para que sea cual sea la circunstancia que le toque en su vida lo hará de una forma constructiva y no destructiva. Todo con TRABAJO y CONSTANCIA. Pero avisamos que es un camino que merece muy mucho la pena.
¿Te animas?
¿Qué es ir a Terapia?
Dinos que te ha parecido este artículo, Puntúa (DE 1 A 5 ESTRELLAS).