Seguro que alguna vez, has oído hablar que todos llevamos una mochila y te habrás preguntado qué es eso, ¡pues vamos a ello!
Vamos a empezar diciendo que la mochila de cada uno, va a determinar nuestra forma de vivir y entender aquellas situaciones que estamos viviendo y la nuestra, no tiene nada que ver con ninguna otra mochila del mundo.
Tú, que nos estás leyendo, has tenido unos padres, unos herman@s, una familia con sus propios principios, normas, creencias, etc. Cuando somos pequeños todo lo que nos dice este entorno lo absorbemos sin cuestionarnos si son ciertas o no porque somos puras esponjas. Vamos cumpliendo años y empezamos a conocer el entorno de la guardería, el colegio, los profesores, los compañeros, nuevas situaciones, aprendemos y adquirimos conocimientos…y seguimos absorbiendo. Todo esto nos va dejando huella y se va asentando para formar nuestra estructura de personalidad, es decir, tu mochila.
Según vas cumpliendo años, entramos en una fase compleja donde lo que llevamos en la mochila contrasta con la vida que estamos viviendo y eso puede producir un coche o un momento estresante para ti. Es como cuando de pequeño nos dicen que existen los reyes magos y luego después nos enteramos que no es así…Pues imaginaros eso pero, con las situaciones de adultos.
Es en la etapa adulta donde nuestra mochila nos suele “pesar más” puesto que, ya somos menos absorbentes y más rígidos. Con esto que te quiero decir, que muchos de los conflictos, dificultades o problemas de la vida, se convierten en un escalón complicado de subir por ese peso. Peso que se ha originado por todo lo que hemos aprendido, lo que hemos experimentado, por las conclusiones que hemos sacado de todo ellos y hasta incluso de ideas de las cuales no somos conscientes.
Por esto último, es muy interesante que de vez en cuando nos paremos a mirar que llevamos en nuestro petate. Si llevas toda tu vida pensando que tener una relación de pareja es estar todo el tiempo con la otra persona y, tu actual novi@ te pide su espacio y esto es algo estresante para ti y no sabes qué hacer porque le / la quieres mucho, sería conveniente revisar tu mochila y replantearte si ese pensamiento que lleva toda la vida contigo te facilita la existencia.
Mirar la mochila de uno no es una tarea fácil, y esto no implica que todo lo que tenga dentro sea erróneo, sino que con todo lo que llevamos dentro lo podamos convertir (y esto implica para nosotros progresar y aprender) en cosas más flexibles para ir más ligeros por la vida.
¿Te animas a revisar tu mochila?
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