Muy buenas y Feliz Año nuevo!!!
Da gusto volver a estar por aquí otro año y otra entrada más 😉
Hoy os queremos hablar de que somos folios en blanco.
Y esto qué quiere decir?
Cuando nacemos llegamos al mundo sin ningún tipo de creencia o de experiencia. Vamos adquiriendo ambas según va pasando el tiempo y, nuestros días de vida.
Lo que ocurre, es que en nuestras primeras etapas de vida somos esponjas y, absorbemos todo lo que vemos y lo que nos dicen sin cuestionarnos si eso es es válido o útil para nosotros…pero ahí se queda en nuestro inconsciente y en nuestro cuerpo.
A medida que vamos creciendo, y comenzamos a ser más conscientes, vamos viviendo experiencias que nos descolocan, nos duelen, nos rompe con lo que pensábamos y, esto cuesta gestionarlo. En ocasiones nos deja bloqueados.
El motivo de esto es que, lo que estoy viviendo fuera choca con lo que yo tengo dentro (creencias, valores, opiniones, etc) y no ´sabemos como gestionar ese desajuste y nos va causando heridas emocionales y pensamientos o conclusiones que no nos hacen ningún favor.
La consecuencias de estas heridas, es que cada vez vamos teniendo más miedos, el carácter nos cambia, estamos más frustrados, desanimados con la vida y con la gente, y nos culpamos o culpamos a los demás de lo grises que estamos.
La culpa no es de nadie. Nadie nos enseña a gestionarnos emocional ni cognitivamente y, tampoco a pararnos a escuchar en que momento estamos y a saber cuáles son los verdaderos valores de nuestra vida en las diferentes etapas.
De ahí que nuestro folio acabé hecho un higo!!!
Pero ahora que somos conscientes de esta situación, si vamos a ser Responsables.
La responsabilidad personal conlleva el hecho de que nos curemos de nuestras propias heridas, y para curar primero hay que saber dónde esta la herida.
Por eso en la terapia, trabajamos mucho el mirar para dentro y ver dónde se están esos bloqueos que no nos permiten poner coherencia entre lo que tenemos dentro y lo que vemos fuera.
Trabajamos el equilibrio y el poder sanarnos, adaptando nuestras creencias y emociones a lo que verdaderamente somos.
Nos contaron muchas cosas, pero hay que trabajar en qué nos contamos nosotros a nosotros mismos y si eso, nos es saludable.
Mirar las heridas permite curarlas.
¿Desde hace cuánto no te miras las heridas?
No te hagas sufrir más y a por ellas!!
El proceso de mirar y meter mano a las heridas es sanador y muy liberador.
Nos leemos y vemos en el próximo vídeo-blog;)
Mirian Albil