Se acerca el final del verano, y con él, muchos y muchas también cerramos nuestras vacaciones.
El “volver a la rutina” es una idea que a muchas personas, por sí sola, les hace sentirse grises y bajar su estado emocional.
Es lógico, después de un tiempo de poder elegir horarios, actividades, vivir fuera de muchas obligaciones y sobre todo fuera de muchas de esas cosas que nos generan preocupaciones, estrés,… estar de nuevo pendiente del reloj y activar actividad cuesta.
A lo mejor, si en este momento estás cerrando tus días libres, estás mirando atrás haciendo recuento de todas esas cosas con las que has disfrutado muchísimo, que te han hecho sentir en paz, en calma, que te han dado alegría, o simplemente que te han permitido SER. Es lógico después de estar en sitios diferentes, teniendo la oportunidad de hacer cosas nuevas o simplemente haber podido disfrutar de vivir sin agenda, mires atrás y te entre algo de nostalgia.
Pero, ¿qué tal si en lugar de mirar atrás y ponerte triste, mirases atrás para quedarte con aquello que te ha encantado y que quieres tener todo el año?
Hoy te propongo mirar a las vacaciones que has pasado con otros ojos: nada de melancolía y a tope de actitud investigadora.
¿Investigadora para qué? Pues porque hoy, en lugar de mirar todas esas cosas que has disfrutado y pensar en todo lo que las vas a echar de menos, te propongo que las mires para ver cuáles quieres que se queden PARA SIEMPRE (dure lo que dure tu “siempre” 😉 ).
La realidad es que la mayoría de las cosas que hacemos en nuestras vacaciones no son tan extraordinarias, la mayor parte de las veces lo extraordinario es que es en un nuevo lugar, con una nueva actitud o con personas con las que en el día a día no tienes tanta oportunidad de estar.
Empieza por observar qué cosas has sentido que te gustaría experimentar más, cuáles de esas cosas que has sentido durante tus vacaciones te gustaría sentir más a menudo. Y a partir de ahí apunta qué actividades te han hecho sentir de esa manera.
Con esa información, prepara una lista partiendo de eso que te ha encantado sentir y quieres mantener, vinculado con algo que te lo aportara y “tradúcelo” en algo adaptable a tu día a día. Por ejemplo:
- ILUSIÓN: Descubrir nuevos restaurantes—> una vez al mes buscar un restaurante nuevo en mi ciudad.
- ENERGÍA: Moverme más andando y menos en coche —> pasear al final de la jornada, ir andando a hacer recados cercanos.
- DIVERSIÓN: Probar una nueva actividad —> identificar actividades que nunca haya hecho cerca de mi trabajo/ casa y atreverme a probarlas.
- LIBERTAD: Dejar más espacio a la espontaneidad —> un fin de semana al mes, moverme sin mirar el reloj.
- UNIÓN FAMILIAR: Pasar más tiempo “del bueno” en familia —> cenar sin tele para poder compartir el día.
Haz tu propio listado, y ponte un momento concreto para asegurar que ocurra: último viernes de cada mes, lunes y miércoles a X hora… Cuanto más concretes, más probable será que eso ocurra.