Cuidar de tu cuerpo es cuidar de tu mente
Tal y como pensamos en el cuerpo en la medicina moderna occidental tendemos a pensarnos a trozos, a partes. Un médico se ocupa del corazón, otro de tus huesos y así un montón de especialidades.
Pero la realidad es que no estamos construidos a trozos, crecimos a partir de una unidad. Es muy difícil que una parte del cuerpo se afecte aisladamente, sin generar nada de forma colateral.
Lo mismo con el cuerpo y la mente, no son algo diferente o separado, no es algo “ensamblado”, forman un todo. Ahora mismo, mientras me lees, sabes que tienes dedos en el pie no porque estés viéndolos, sino porque puedes sentirlos. Los sientes porque tu cerebro, donde está tu mente, llega hasta allí.
Y la mente se relaciona contigo no solo a través de esa voz que oyes en tu cabeza, la mente también se relaciona contigo a través del cuerpo, a través de sensaciones físicas. Si piensas en diferentes emociones, puedes sentir cómo en tu cuerpo se activan sensaciones diferentes:
- La tristeza te baja un poquito la energía, parece que añade peso al cuerpo, te invita a quedarte en casa.
- El miedo te pone en alerta, te prepara para huir.
- La alegría te sube la energía, el ánimo, te anima a socializar.
- El amor da calorcito, y te pide contacto humano (o de mascota).
Unas se sienten más en la piel, otras en las vísceras, otras en las extremidades y músculos…
Esto son solo algunos ejemplos, y puede que, en ti, las emociones sean ligeramente diferentes. Cada persona las experimentamos de una manera parecida, pero con matices únicos que se basan en nuestra experiencia y también en cómo nos relacionamos con nuestro cuerpo.
Lo interesante es que también sucede al revés: si tu cuerpo no se siente bien, tu mente tiende a traducirlo a emociones. ¿Cuántas veces te ha ocurrido que te has notado triste sin saber por qué y al poquito te has puesto enfermo o enferma? O, ¿cuántas veces has ido de bajón a entrenar y has salido feliz?
Aquí hay dos conceptos importantes, el primero es que:
el cuerpo es el lienzo donde la mente pinta tus emociones
Cuanto más liso y limpio esté ese lienzo más claro tendrás cómo te sientes, no se entremezclarán malas sensaciones físicas con tu emocionalidad.
Aquí no tengo mucho que decir sobre el cuidado del cuerpo que no sepas ya: una buena alimentación y actividad física son esenciales.
Si me gusta recordar que el cuidado del cuerpo no es para el verano, ni para tal evento. Si tu plan es llegar a viejito o viejita disfrutando, es imprescindible. Envejecemos más por no tener actividad que por la edad. ¡Que se lo digan a Lenny Kravitz con sus 60 años!
Por otra parte, la función de las emociones es indicarte como estás. Siempre me gusta decir que son como el cuadro de mandos del coche, que te dice cómo vas de temperatura, de gasolina… cuanto mejor sepas identificar cómo te sientes, mejor podrás cuidar de ti (no se conduce igual con el depósito lleno que cuando se va en reserva). Para esto es esencial aprender a mirarse, a escuchar el cuerpo
Practicar la consciencia corporal te ayudará mucho a conectar con cómo estás y detectar las necesidades tanto de tu cuerpo como de tu mente
Tendemos a observar cómo sentimos el cuerpo especialmente cuando no se siente bien, pero es clave escucharlo en todo momento, aprender a leer sus señales, para detectar cambios que van más allá de la salud/ enfermedad.
Dedica un espacio de tiempo al día a sentir todo tu cuerpo, cerrando los ojos para escucharlo desde dentro, de cabeza a pies, piel, extremidades, vísceras; simplemente observando, sin juzgar cómo está. Lo primero que vas a experimentar es que la propia observación es transformadora: la mayoría de las veces que observes tu cuerpo cambiarás la postura al menos de alguna extremidad para ponerla más cómoda, para sentirte mejor.
Cuanto más practiques esto, más regulación emocional lograrás de forma natural puesto que, como ya hemos visto, cuerpo y mente no son dos cosas aisladas o separadas, si no parte de un todo y se afectan mutuamente.
Sabemos que practicar la consciencia corporal al principio puede ser un poco complicado. Por eso, desde Eva Psicología estamos aquí para brindarte herramientas para cuidar de tu cuerpo y tu mente de forma conjunta. ¡Contacta con nosotros ahora!